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17/12/09

The SCREAM at night Cap. 2 - la verdad

Tom Kaulitz, un joven huérfano, ayudaba con los quehaceres a Leslie Fithcher mientras llegaba su esposo. Esperaban la llegada de James Fithcher, el líder de un pequeño clan de licántropos, quien había cuidado de Tom desde que era un bebé. Tom era el único humano en el clan, por lo que los demás licántropos -a excepción de los Fithcher por supuesto- lo trataban como menos que nada. Siempre era maltratado, y en varias ocasiones terminaba herido físicamente.

Habían pasado varias horas desde que James había salido de cacería al bosque. Tom estaba comenzando a desesperarse, daba vueltas de un lado a otro por toda la sala. Leslie lo observaba mientras preparaba la cena de ese día. No dejaba de sonreír al ver a Tom.

-te ves igual que cuando tenías cuatro años- le dijo Leslie con una mirada tierna- Tu y Klaus siempre daban vueltas alrededor de la sala en lo que llegaba James
-lo recuerdo perfectamente- dijo Tom, acercándose a la cocina
-¿que te parece si en lo que esperas vas por un poco de agua al pozo?
-lo que usted ordene Madame- dijo Tom en tono de burla
-sólo ve- rió Leslie, dándole un pequeño empujón hacia la puerta a Tom. Él salió de la pequeña cabaña en la que vivían y se dirigió al pozo.

Acarreó un poco de agua, a pesar de ser humano tenía bastante fuerza como para sacar el agua del pozo. Mientras subía la pesada cubeta de madera, sintió la presencia de alguien a quien no le daba mucho gusto ver. Volteó un poco la cabeza y vio a Melanie y Nick, los hermanos Winship. Ellos odiaban a Tom más que nadie en el clan.

Melanie empujó a Tom al suelo, dejando caer la cubeta al pozo nuevamente. Nick se encargó de que la cuerda, que lo ayudaba a subir la cubeta, cayera dentro del pozo;
-hola Kaulitz -dijo Melanie en tono prepotente -¿que tal el suelo?
-lárguense- protestó Tom. Varios en el clan veían como los Winship estaban tratando a Tom, no obstante, nadie lo ayudaba.
-oh, pero si sólo queríamos hacerte una visita amigo mío- dijo poniéndose de rodillas frente a Tom
-¿amigo? ¿No que lo odiábamos?- preguntó Nick rascándose la cabeza, no era del todo listo, o al menos eso aparentaba. Y eso a Melanie le molestaba mucho de su hermano, a pesar de ser mayor que ella, Melanie sentía que ella era más lista que su hermano.
-cierra la boca Nick - gritó Melanie furiosa
-¿por que no mejor te vas y nos ahorramos problemas?- replicó Tom y trató de levantarse pero Melanie lo detuvo del hombro
-de esta no te escapas, Kaulitz - lo tomó de la camisa e iba a golpearlo, pero escucharon un ruido que salía de los arbustos.

Sonaba como si un animal estuviera quejándose por que algo le duele. Melanie le hiso una señal a Nick de que fuera a investigar que sucedía.
-¡no es nada, sólo es uno de los nuestros!- gritó desde los arbustos, Melanie soltó a Tom y se levantó inmediatamente a ver que era lo que producía ese ruido. Había un enorme licántropo entre los arbustos, con una pata herida. El enorme animal se tambaleaba de un lado a otro, hasta que finalmente tomó su forma humana. Era nada más y nada menos que James Fithcher. Su brazo goteaba sangre cuando tomó su forma humana, pero ahora podía caminar mejor.
-James- exclamó Melanie
-vayan a casa, no es seguro salir en estos momentos- dijo adolorido. Nick y Melanie huyeron a casa y cuando James salió de los arbustos, vio a Tom viendo la manera de sacar la cubeta del pozo. -¿de nuevo los Winship?- preguntó James
- si – dijo Tom levantando la mirada, y vio la herida que James tenía en el brazo. Parecía algo serio, ya que había demasiada sangre -¿que te sucedió?
-te explicó en la cabaña

James y Tom se dirigieron hacia su cabaña, donde Leslie los estaba esperando con la cena servida. Al ver el estado en el que su esposo se encontraba, quedó atónita. Tenía varios rasguños en la cara y uno de sus brazos bañado en sangre. Cuando James trató de acercarse a Leslie, su cuerpo se desbalanceaba por completo, y estaba a punto de perder el equilibrio y caer al suelo. Su vista comenzaba a nublarse poco a poco. Entre Leslie y Tom lo ayudaron a mantenerse de pie y lo llevaron a la sala.
Con un poco de agua y una toalla, Leslie comenzó a limpiar la sangre en el brazo de James. Lo vendó con un pedazo de tela después. Tom nada más observaba sentado en una pequeña silla de madera.
-vampiros- dijo James con voz débil -eran dos...Encontré a uno tratando de atravesar el bosque en un caballo. Era una chica, muy hermosa, al parecer era una Redmond. La ataqué, logré derribarla. Pero el otro me tomó por sorpresa, no alcancé a ver su rostro, sólo me atacó.
-pero los vampiros no entran al bosque- replicó Leslie -a menos que...
-la guerra entre los Faulker y los Redmond –interrumpió Tom
-esta guerra ha llegado muy lejos, los vampiros se meten en nuestro territorio como si fuera de ellos
-lo sé, pero no se puede hacer nada. Sabes lo que nos puede suceder si los enfrentamos –dijo James tratando de moverse, pero todo el cuerpo le dolía y no pudo moverse
-no te mordió ¿o sí? – preguntó Leslie con mucha preocupación, James asintió. La mordida de un vampiro para un licántropo era un tormento total. Pierden fuerza, y con trabajo se pueden mover. A veces eran torturados por su propia sangre, que los quemaba por dentro. Hasta que la herida no cierra, dicho tormento no termina. Aunque se daban pocos casos de muerte
-pero no te preocupes, estaré bien- dijo James tomando la mano de Leslie -no es la primera vez que un vampiro me muerde
-creo que lo mejor para ti es descansar ahora
-Tom tiene razón, será mejor que te recuestes. Le enviaré una carta a Klaus para que venga y nos ayude con la cacería.
-primero quiero hablar con Tom, a solas -dijo James seriamente, tenía algo muy importante que revelarle a Tom. Y pensó que tal vez era el momento adecuado.

Una vez solos, James le pidió a Tom una pequeña cajita de madera, acomodada sobre la chimenea. La cajita, tenía algo adentro, al parecer de suma importancia, ya que la caja estaba cerrada con llave.
-Tom, ¿recuerdas que te conté una vez, como fue que te encontré?- preguntó con las pocas fuerzas que le quedaban
-si - dijo en un hilo de voz, jamás le gustó pensar en eso - mi madre me abandonó en una obscura cueva en medio del bosque y luego me encontraste tu
-si, pero es tiempo de que sepas porque tu madre te abandonó y que...- dijo James, tomó un respiro y siguió - no eres el único
-¿que?- preguntó confundido, sin entender a que era lo que James se refería
-Tom, lo que voy a mostrarte puede dejarte sin palabras, pero ya tienes edad suficiente para saberlo - James abrió la caja con una pequeña llave que siempre llevaba en el bolsillo de su pantalón. De ahí sacó una carta, y se la entregó a Tom -quiero que leas esto. Tu madre jamás tuvo intención de abandonarlos, era algo que tenía que hacer
-¿abandonarnos? –preguntó Tom con mucha más confusión
-mejor lee la carta- Tom abrió la carta y comenzó a leer.

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Me duele en alma lo que estoy haciendo, pero no tengo otra alternativa. Los bárbaros han invadido Alemania y mataron a mi pobre esposo cuando trataba de defendernos a mis hijos y a mí. Ahora temo por la vida de mis pequeños, necesito que me ayuden por favor!
Quiero que mis hijos vivan bien y no terminen en manos de los bárbaros, por favor les suplico que los cuiden, son gemelos, Tom es mayor que Bill por unos minutos, la forma de reconocerlos es por sus lunares en la cara. Tom lo tiene en la mejilla y Bill en la barbilla muy cerca del labio.
No quisiera dejarlos, pero se que es la única manera en la que mis hijos podrán vivir, les suplico que les hablen de mi, que les digan que los amé como a nadie en el mundo y que por ese amor tuve que dejarlos en sus manos.
Los amaré por siempre y gracias de corazón por cuidar de ellos.
Simonne Kaulitz
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- no quería abandonarme...no tenía intención alguna de hacerlo -dijo Tom llorando, era difícil el contenerse, ahora que conocía la verdad -¿y que hay de Bill? ¿Qué le sucedió a mi hermano?
-el día en que te encontré, sólo estabas tú, no había nadie más- contestó James apenado
-entonces Bill ¿desapareció?
-si Tom y después de tantos años, encontrarlo sería un milagro- James tenía toda la razón, había pasado ya mucho tiempo desde que Bill había desaparecido. Pero, había algo de lo que Tom estaba seguro, tenía que ir a buscarlo, cueste lo que cueste.

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